El presidente argentino recibe con Robert Kennedy Jr. en la sede del Gobierno. Se trata de la tercera visita de un alto funcionario norteamericano desde la asunción de Trump. "Milei no hace más que reforzar su embanderamiento detrás de Washington, llevándolo a cualquier costo", dijo a Sputnik un analista.
El acérrimo alineamiento de Javier Milei hacia Donald Trump goza de buena salud. El mandatario argentino habla en la Casa Rosada a Robert Kennedy Jr., secretario a cargo de la cartera de salud del Gobierno estadounidense. El encuentro constituye la tercera visita de un alto funcionario de Estados Unidos a Buenos Aires, esto desde el retorno de Trump al Salón Oval de la Casa Blanca.
Esto se inscribe en un marco signado por el anuncio del propio Milei de su intención de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS), una decisión inédita para el país sudamericano y que acarrea un insoslayable impacto político y diplomático, emulando la decisión del propio Trump difundida en enero.
La figura de Kennedy Jr. es de por sí un mensaje. Hijo del exsenador Robert F. Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy (1961-1963), el alto funcionario ganó notoriedad en los últimos años como fundador de la organización Children's Health Defense, entidad desde la cual promovió cuestionamientos a las políticas de vacunación obligatoria.
Desde la irrupción de la pandemia de coronavirus, el dirigente centró su discurso en críticas a la gestión sanitaria de la OMS.La reunión entre Milei y el secretario de Salud norteamericano constituye apenas un capítulo más en el acercamiento entre Washington y Buenos Aires, profundizado tras el triunfo electoral de Trump y reflejado en las visitas de funcionarios republicanos de alto rango.
A mediados de abril, el mandatario argentino mantuvo un extenso encuentro con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien expresó su respaldo al programa económico en marcha y sugirió revisar la relación financiera con China, en especial en torno al swap —acuerdo monedas— vigente entre ambos países, suscitando una inmediata respuesta de Pekín.
Pocos días después, Alvin Holsey, el jefe del Comando Sur norteamericano, visitó Argentina en una misión oficial centrada en cooperación en materia de defensa. Holsey fue recibido por Milei y mantuvo reuniones con autoridades de las Fuerzas Armadas, además de recorrer instalaciones militares y zonas de interés estratégico.
"Esto refuerza el seguidismo de la gestión de Milei hacia la de Trump, que ya es hasta sanitario. El Gobierno argentino no para de alinearse detrás de cada instancia que propone el republicano", dijo a Sputnik el analista internacional Gonzalo Fiore Viani.
Según el experto, "esto no es una novedad en sí, pero puede acarrear otros efectos: por ejemplo, la tradición del fuerte sistema de vacunación que ha sido una bandera de distintos gobiernos argentinos y que ahora puede verse desafiada". "Milei es el principal representante de Trump en la región, pero cada vez luce más como un empleado que como un aliado, y eso refleja la asimetría en el vínculo", sostuvo el especialista. La lectura del experto halla eco entre los investigadores.
En diálogo con Sputnik, el sociólogo Sebastián Schulz destacó que "Milei no hace más que reforzar su alineamiento detrás de la Casa Blanca, llevándolo a cualquier costo. Sin embargo, es cierto que ese seguidismo le ha dado un fruto importante al concretar el crédito con el Fondo Monetario Internacional, donde Washington tuvo un fuerte peso"
La reunión entre Milei y Kennedy Jr. refleja la afinidad entre ambas administraciones en torno a una medida inédita en Argentina: la salida de la Organización Mundial de la Salud, cuyo impacto luce imprevisible.
En diálogo con Sputnik, Leticia Ceriani, subsecretaria de Planificación Estratégica del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires (este de Argentina), apuntó que "es una decisión grave en términos sanitarios.
La OMS es una institución avalada internacionalmente por la gran mayoría de los países del mundo".
Según la funcionaria, la entidad internacional "propone consensos básicos que se discuten, sin imposiciones drásticas. Esto supone un aislamiento mayor para nuestro país justificado solo por seguir a Estados Unidos".
"Salir de la OMS es una falta de responsabilidad absoluta, que se parece más a un terraplanismo sanitario que a una política de Estado", remarcó Ceriani.
SPUTNIK