La empresa israelí, encargada de la exploración y producción de petróleo y gas, lidera la avanzadilla sobre los hidrocarburos malvinenses.El proyecto de explotación petrolera en el yacimiento Sea Lion en las islas Malvinas, territorio reclamado por Argentina desde 1833, está a punto de alcanzar una etapa crucial, consolidando la explotación de hidrocarburos en el área ocupada por el Reino Unido.Según recientes informes, el megaproyecto que se desarrollará en aguas del Atlántico Sur, prevé la extracción de 300 millones de barriles de petróleo en un plazo de 30 años, generando ingresos estimados en 25 500 millones de dólares para el Gobierno británico.
Especialistas advierten que, de concretarse la explotación a gran escala, las ganancias millonarias fluirán principalmente hacia accionistas en Israel y EE.UU., situación que califican de alarmante, por lo que exhortan al mandatario argentino, Javier Milei, a prestar atención al asunto y establecer una estrategia clara para proteger los recursos de Argentina.
Esto sucede en medio del llamativo silencio que ha mostrado, siendo este el primer Gobierno argentino que no ha realizado reclamos en foros internacionales ni promovido acciones legales contra las compañías involucradas en la extracción.
El presidente Javier Milei se declaró, previamente, aliado incondicional de Israel, por lo que su silencio ante los planes israelíes, lo convertiría directamente en cómplice.
Este silencio gubernamental argentino da paso a la continuidad del proyecto León Marino, sin ningún tipo de obstáculos, y con ello a la explotación de estos recursos naturales, que pertenecen al pueblo argentino, además tiene un impacto medioambiental, ya que la ordenanza de las Malvinas sobre minerales en alta mar, requiere que los proyectos de extracción estén sujetos a un proceso detallado de Evaluación de Impacto Ambiental.
En abril de 2022, el gobierno argentino, entonces liderado por el expresidente Alberto Fernández, prohibió a la empresa israelí realizar exploraciones petroleras en territorio argentino debido a sus actividades en torno a las Malvinas.
En ese momento, Argentina declaró que las actividades de Israel eran “ilegales” porque no contaban con la autorización de las autoridades argentinas competentes. El gobierno de Fernández ratificó su postura en septiembre de 2023. La denuncia no solo se dirigía contra la empresa y el Gobierno del Reino Unido, sino también contra Israel.
El conflicto por las Malvinas es una lucha histórica en Argentina y la explotación petrolera en el yacimiento Sea Lion es un capítulo más en esta larga disputa, por lo que cada paso que da el gobierno colonial británico representa un desafío directo a la soberanía argentina.
HispanTV