La ocupación continúa su política de genocidio en la Franja de Gaza, con el número de mártires ascendiendo a más de 51 en 24 horas.
El ejército de ocupación israelí intensificó este lunes sus ataques aéreos y de artillería contra la Franja de Gaza, provocando el martirio de decenas de palestinos y un elevado número de heridos, en una jornada marcada por bombardeos sobre zonas residenciales, campamentos de desplazados y centros de distribución de ayuda humanitaria.
Según reportes del corresponsal de Al Mayadeen, las fuerzas de ocupación dispararon contra civiles que esperaban asistencia alimentaria en un centro estadounidense ubicado al norte de Rafah, dejando seis mártires y más de diez heridos, en uno de los episodios más letales del día.
Otros ataques causaron víctimas entre palestinos que aguardaban ayuda humanitaria al norte del campamento de Nuseirat y en el noroeste de la ciudad de Gaza.
Al mismo tiempo, cazas israelíes bombardearon viviendas en Al-Zawaida, en el centro de la Franja, y atacaron con fuerza la zona residencial de Hamad y Al-Satr al-Gharbi, al norte de Khan Yunis.
También se registraron bombardeos en Beit Lahia y Jabalia, en el norte del enclave, donde la mayoría de las víctimas fueron mujeres y niños, mientras que en Nuseirat, una vivienda cercana a las torres Ain Jalut fue alcanzada por un misil, lo que provocó la muerte de un niño y dejó varios civiles heridos.
El Ministerio de Salud palestino en Gaza confirmó que la cifra total de muertos desde el inicio de la agresión, el 7 de octubre de 2023, se elevó a 55 mil 959 mártires y 131 mil 242 heridos.
Solo en las últimas 24 horas, los hospitales del enclave recibieron 51 cuerpos y 104 heridos.La institución advirtió que muchas víctimas permanecen atrapadas bajo los escombros o en las calles, imposibilitadas de recibir auxilio debido a la intensidad de los bombardeos y la falta de recursos básicos, lo que agrava el colapso humanitario ya existente.
Organizaciones de campo y medios locales coinciden en que el ataque a puntos de ayuda humanitaria y desplazados representa una grave escalada, mientras persiste el silencio internacional.
Las fuerzas de ocupación intensificaron sus incursiones militares en Cisjordania y Jerusalén ocupada, con acciones que incluyeron detenciones arbitrarias, asaltos a viviendas y el cierre de accesos a ciudades y sitios religiosos, según informaron fuentes locales palestinas.
En la aldea de al-Mughayir, al noreste de Ramala, tropas israelíes irrumpieron abriendo fuego, lo que provocó enfrentamientos con los residentes, según relató Amin Abu Aliya, presidente del Consejo local. Aunque no se reportaron heridos, el operativo generó una fuerte tensión en la zona.
Simultáneamente, Qalqilya sufrió una obstrucción del tránsito tras la instalación de un puesto de control militar en su entrada oriental, impidiendo el desplazamiento normal de los habitantes y provocando congestión vial severa.
En Jerusalén ocupada, las fuerzas israelíes cerraron el puesto de control de Jabaa, al norte de la ciudad, y obstaculizaron el tránsito en la ruta Jabaa-Qalandiya, principal acceso a las ciudades de Ramala y Birzeit.Además, intensificaron el cerco sobre la Ciudad Vieja, bloqueando el acceso a la Plaza del Muro de las Lamentaciones y clausurando las puertas de los Leones, los Morabitos y Hebrón, así como la Iglesia del Santo Sepulcro y otros lugares sagrados cristianos.
En Beit Furik, al este de Nablus, un niño de 15 años resultó herido por disparos del "ejército" durante enfrentamientos tras una incursión y en Burqa, las tropas detuvieron a ocho ciudadanos, incluidas dos mujeres, y destruyeron viviendas, además de vandalizar un monumento a los mártires, incluyendo una escultura de Hanthala, símbolo de la resistencia palestina.
AlMayadeen