Más de 7 millones de bolivianos están convocados este 17 de agosto a elegir a su nuevo presidente. Mientras las encuestas reflejan un posible balotaje entre dos candidatos opositores, en el bloque de izquierda —que solía agrupar al Movimiento Al Socialismo (MAS)— aún mantienen las esperanzas de mantener el Gobierno nacional.
A pocas horas de las elecciones generales que marcarán un antes y un después para la historia del país sudamericano, en las calles de las ciudades reina la aparente calma de los últimos meses.
La policía boliviana está pendiente de los posibles focos de conflicto en sectores con fuerte presencia de los seguidores del expresidente Evo Morales, quien llamó al "voto nulo" en protesta por su ausencia en las papeletas de votación, dada la inhabilitación de la Justicia que pesa en su contra. Además, sorpresivamente, el presidente Luis Arce cambió a la cúpula de las Fuerzas Armadas.
En varias ocasiones, Morales (2006-2019) hizo gala públicamente de mantener contactos con oficiales de alto rango en las Fuerzas Armadas como señal de lealtad sostenida luego de más de una década de Gobierno.
En junio del año pasado, el presidente Arce enfrentó un intento de golpe de Estado militar, que aún es desvirtuado por sus oponentes políticos.
Analistas consultados por Sputnik señalaron que se debe dar atención a este factor en las próximas horas, previas y posteriores a la celebración de las elecciones generales, en las cuales por primera vez en 20 años está en duda la continuidad del Movimiento Al Socialismo (MAS) al frente del Gobierno nacional
Según sondeos, Samuel Doria Medina (de Alianza Unidad) y el expresidente Jorge Tuto Quiroga (2001-2002), de Alianza Libre, se ubica como punteros.
En este lapso, ninguno de los dos logró superar el techo del 20% de intención de voto.
Más abajo siguen otros seis candidatos, entre los cuales están los representantes del bloque de izquierda, quienes marcarían una continuidad con el ideario del Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS): como representante del oficialismo está Eduardo del Castillo, exministro de Gobierno de Arce, mientras que Andrónico Rodríguez, de Alianza Popular, aunque está distanciado del oficialismo, es presidente del Senado por el partido en el poder.
Este escenario se concreta luego de los múltiples intentos del presidente Arce para reunificar el arco de izquierda como única manera de garantizar un triunfo del oficialismo en la primera vuelta.
Según la ley electoral, desde el primer minuto del 14 de agosto se prohíbe la difusión de propaganda electoral en medios de comunicación y redes sociales. Sin embargo, hasta la víspera todavía era posible hallar en plataformas como YouTube el mensaje de campaña de alguno de los ocho postulantes a la presidencia.
En definitiva, nadie puede adelantar qué resultados consolidados anunciará el Tribunal Supremo Electoral (TSE) cerca de la medianoche del 17 de agosto.
"Es incierto lo que viene en el futuro y es definitoria esta elección por varias razones", dijo a Sputnik la analista política Lily Peñaranda. En ese sentido, la especialista destacó que quien resulte ganador, "determinaría el curso a seguir en cuanto a la crisis económica, que se ve ya bastante profunda, pero no ha llegado todavía a su peor estado".
"Por otro lado, estamos viendo un cambio de ciclo en cuanto al MAS", dijo Peñaranda al advertir que por primera vez en 20 años se percibe la pérdida de fuerza del oficialismo.
En ese sentido, mencionó que, según las encuestas, el partido en el poder se perfila a obtener menos del 2% de votos este 17 de agosto, aunque aclaró que dichos estos estudios son "poco fiables".Por este motivo, a un día de las elecciones, "no hay claridad sobre quién tiene más posibilidades o si habrá segunda vuelta. Además, en las campañas no quedó claro a quién vale la pena apoyar", ahondó.
Además, "hay mucha gente indecisa. El voto se va a dispersar, haciendo casi imposible que haya un ganador en la primera vuelta". Según las encuestas, el bolsón de electores entre votos en blanco, nulo e indecisos es del 25%.
El pasado 14 de agosto, el presidente Arce anunció el recambio de la cúpula de las Fuerzas Armadas. "Los distinguidos generales que hoy son posesionados tienen una misión, además del mandato constitucional de la preservación de la democracia y el respeto a la Constitución Política del Estado: es el de mantener la paz y la gobernabilidad del Estado y, fundamentalmente, garantizar la estabilidad de todos los gobiernos legalmente y democráticamente constituidos", dijo Arce en el acto de posesión, en la Casa Grande del Pueblo.
"Nunca vamos a compartir y no lo hemos hecho, ni lo vamos a hacer, de levantar las armas del Ejército de las Fuerzas Armadas en general contra nuestra población. Hay que respetar el proceso democrático.
Tenemos diferencias y las diferencias se las deben arreglar en las urnas, democráticamente", agregó el mandatario.
El contralmirante Gustavo Primitivo Aníbarro Escobar fue posesionado como comandante de las Fuerzas Armadas; Sherman Mario Sempertegui Tames, general de Brigada, fue designado jefe del Estado Mayor; Roberto Pablo Delgadillo Vázquez, general de Brigada, quedó al mando del Ejército; Marco Antonio Choquehuanca Marín, general de Brigada Aérea, está al frente de la Fuerza Aérea Boliviana, y el contralmirante Freddy Pozo Rodríguez, de la Armada Boliviana.Para la analista, se debe tomar atención a esta noticia.
"Esto nos da indicios de que el Gobierno está preparándose para alguna suerte de conflicto y no descartaría que ocurra algo en el Chapare, que es el centro de mando de la milicia de Evo Morales", dijo.
Desde octubre de 2024 Morales, quien fue inhabilitado para participar por el Tribunal Constitucional luego de 14 años como presidente, está recluido en esta región del trópico de Cochabamba, su último bastión de poder que permanece en pie. El expresidente cuenta con una orden de detención por un caso de trata de personas agravada, por su supuesta relación con una menor de edad que tuvo en 2015, cuando gobernaba Bolivia. En su reducto cuenta con al menos 2.000 seguidores, según cálculos del Gobierno.
Las fuerzas de seguridad tienen otras regiones del país en vigilancia ante la eventualidad de que se generen desmanes por parte de los seguidores de Morales.
Si bien el expresidente los convocó a anular su voto, varios dirigentes por separado avisaron que no permitirían la realización de la votación en comunidades campesinas de la región. Según el TSE, la ciudadanía está en su derecho de hacer campaña por el voto nulo, pero sería ilegal secuestrar ánforas y destruirlas.La población campesina de Yapacaní, en el departamento de Santa Cruz, sería otro posible foco de conflicto.
También Llallagua, departamento de Potosí, donde en junio pasado fueron asesinados tres policías desarmados, así como un adolescente de 17 años que enfrentó a los bloqueadores, seguidores de Morales que exigían su inscripción como candidato a la presidencia en estas elecciones, a pesar del dictamen de la justicia.
Para el analista Gabriel Campero, en esta elección están en juego dos visiones de Estado. además, destacó el rol de Morales, quien al promover el voto nulo "está favoreciendo" a la oposición. Porque en el conteo final realizado por el TSE, los votos nulos no serán considerados, con lo cual acrecientan las posibilidades de quien salga primero y segundo para ganar más legisladores en la Asamblea.
Si la actual oposición obtuviera la mayoría en la Asamblea, ya hay diálogos en marcha para realizar una alianza por la gobernabilidad en la Asamblea entre legisladores de Doria Medina, Quiroga y el tercero en las encuestas, Manfred Reyes Villa, de Súmate.
El analista puso en duda los números de las encuestas, ya que todas fueron realizadas sobre 2.500 entrevistados (con un padrón electoral de 7,9 millones de personas). Asimismo, destacó que el 54% de electores están entre los 18 y los 40 años. Pero para la realización de los estudios de opinión, se segmentan los grupos etarios sin darle la representatividad correspondiente a los jóvenes.
SPUTNIK