Las próximas elecciones en Bolivia podrían cambiar el panorama político del país. Los resultados que se obtengan en la medianoche del 17 de agosto pueden determinar una modificación radical en la forma de manejo del Estado boliviano.
Pasado el último y deslucido debate presidencial, así como la efervescencia de los cierres de campaña, Bolivia ingresa en el silencio electoral de cara a la votación de este 17 de agosto.
Los ocho candidatos en danza intercambiaron los últimos ataques, presentaron algunas propuestas y ya se resguardaron hasta este 17 de octubre, cuando volverán a mostrarse en los centros de votación.
Habrá que esperar hasta el fin de ese día para develar la gran incógnita: ¿Quiénes pasarán a segunda vuelta?
Las encuestas difundidas en los últimos meses no dejan lugar a dudas: ningún candidato supera el 20% de aprobación y el bolsón de indecisos, votos nulos y blancos abarca al 25% del electorado.
Los Gobiernos de izquierda que campearon en los últimos 20 años podrían llegar a su fin, si se confirman los aciagos pronósticos de los estudios de opinión.
La última posibilidad para Andrónico Rodríguez, el postulante mejor posicionado en el campo popular, reside en el imprevisible voto de comunidades indígenas y campesinas. Imprevisible porque, así como pueden decantarse hacia su candidatura, también podrían optar por el voto nulo, como propone el expresidente Evo Morales (2006-2019) y sus seguidores.
Sputnik consultó al analista político Carlos Saavedra, quien compartió sus impresiones sobre las horas previas a las elecciones que pueden cambiar el rumbo político de Bolivia.
Entre tanto caos electoral, para el analista "hay algunas certezas: es una elección que está totalmente abierta. La primera certeza es que es el fin de la hegemonía y de cualquier tipo de hegemonía política. Vamos a tener un próximo Gobierno que va a ser bastante fragmentado.
Quien gane la presidencia va a tener que volver a una lógica de construcción de consensos, de pactos"."Cualquiera que quiera gobernar no va a poder solo.
Va a necesitar construir pactos.
Esa es la primera tendencia que está marcada", agregó.Como segunda tendencia, Saavedra vaticinó: "Va a haber un cambio en la conducción política en la dirección del país".Para Saavedra, tienen posibilidades de pasar a segunda vuelta Samuel Doria Medina, de Alianza Unidad; Jorge Tuto Quiroga, de Alianza Libre; Manfred Reyes Villa, de Súmate; y Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado boliviano, adonde llegó en 2020 con el MAS.
"El alto porcentaje de votos blancos, nulos e indecisos que tenemos en todas las encuestas hacen que cualquiera de las cuatro posibilidades sean absolutamente factibles", consideró.e frustrado
Según un acuerdo firmado entre los candidatos y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), debían realizarse dos debates presidenciales, uno el 1 de agosto, que se realizó con normalidad, y otro el día 12, del cual participaron solamente tres candidatos.
Los tres que figuran primeros en las encuestas (Doria Medina, Quiroga y Reyes Villa) anunciaron que no se presentarían en el segundo debate. A las horas se sumaron Rodríguez y el candidato de Fuerza del Pueblo, Jhonny Fernández. Por ello el TSE decidió darle de baja.
Pero horas después el TSE cambió de opinión y finalmente tuvo lugar el debate, aunque brilló por su intrascendencia."Ha sido un debate deslucido, convocado de manera atemporal. Creo que a estas alturas del proceso electoral ya no hay espacio para la construcción de un voto racional", evaluó el analista.
En el marco del cierre de campaña, cada candidato está focalizado en mostrar capacidad de movilización, según Saavedra.
Por ello, la presentación de Eduardo del Castillo, del MAS; Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC); y de Pavel Aracena, de Acción Democrática Nacionalista (ADN), "ha sido intrascendente. No ha sido algo que mueva la aguja electoral. Al final, no ha captado la atención de anteriores debates".Por ello, "no veo que nadie haya obtenido una gran ganancia por ir, pero tampoco creo que nadie haya perdido por no presentarse".
SPUTNIK