28 Nov
28Nov

En un avance sin precedentes en términos de presencia soberana, el gobierno nacional autorizó una operación público-privada entre el Comando Conjunto Antártico y una empresa del Grupo Mirgor para unir Río Grande con Petrel.

La Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) ha oficializado la autorización a la empresa MTRA S.A.U., parte del Grupo Mirgor, para operar vuelos turísticos, logísticos y sanitarios entre la Isla Grande de Tierra del Fuego y la Antártida. Un hito que se concretará utilizando como base operativa el aeropuerto de la ciudad de Río Grande y la recuperada Base Antártica Conjunta Petrel, marcando un cambio de paradigma en la logística polar argentina que hasta la fecha tiene basamento en Río Gallegos. 

Sin embargo, esta cooperación público-privada, que se afianza con una inversión estatal en Petrel, se desarrolla en un contexto de creciente preocupación geopolítica por la autonomía nacional.
La apertura del primer puente Fueguino-Antártico

La autorización de la ANAC es el resultado de un proceso que culmina con la integración de una capacidad aérea privada a la operatoria antártica nacional.

Permiso y objeto: El permiso faculta a Mirgor a operar el avión Basler BT-67 (matrícula LV-VYL) con fines duales: apoyo logístico a las misiones del Estado y la apertura de una vía para el turismo aéreo antártico desde una ciudad de la propia provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Habilitación de infraestructura clave: Paralelamente, la ANAC otorgó el registro provisorio de Lugar Apto Denunciado (LAD) N°5.500 a la pista de la Base Antártica Petrel/Isla Dundee por el término de un año. Esta habilitación es fundamental, pues convierte a Petrel en el punto de apoyo viable para esa aeronave, y un paso previo a su status de Aeródromo público.

El avión ideal: El Basler BT-67 es una profunda modernización del clásico Douglas DC-3, específicamente rediseñado para clima polar. Su adquisición por parte de Mirgor y su posterior acuerdo de uso compartido (comodato) con el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCO) y la Fuerza Aérea Argentina (FAA) permite al país disponer de un medio crítico para el relevo de dotaciones y el soporte a las 13 bases antárticas, sin la inversión directa de una compra, que había sido evaluada en torno a los U$S 14.3 millones.

Esta cooperación establece un precedente inédito en la articulación entre el sector privado y las misiones de interés estratégico nacional en el Continente Blanco, con la Base Petrel como punto neurálgico.

Petrel: resurgimiento estratégico y logística

La Base Petrel es la pieza central de la nueva dinámica antártica argentina, atrayendo tanto la colaboración privada como la inversión estatal, proyectada para consolidar su capacidad operativa.
Inversión Estatal 2026: El Gobierno ha previsto en el Presupuesto Nacional 2026 (Anexo III) una asignación de $2.080 millones de pesos (aproximadamente U$S 1.43 millones) para el desarrollo antártico. Estos fondos están destinados a la adquisición e incorporación de un Conjunto Habitacional de Construcción Modular para ampliar la capacidad operativa de Petrel.

Relevancia histórica y geográfica: Petrel, fundada en 1967 y fuera de servicio desde un incendio en 1974, inició su proceso de recuperación en 2022.

 Por su ubicación y accesibilidad en el Cabo Wellchner, Isla Dundee, es considerada la base clave para la proyección argentina hacia el Polo Sur, superando en muchas condiciones a la emblemática Base Marambio para el transporte aéreo y marítimo.

Consolidación de infraestructura: La inversión prevista para 2026, busca permitir que la base pueda alojar a 60 personas fijas y hasta 150 en verano, además de albergar el primer hospital modular de la Antártida. Este esfuerzo de infraestructura nacional se verá potenciado por el acuerdo con Mirgor, que asegura una conectividad aérea regular y especializada para el apoyo logístico y el flujo de personal y científicos.

Soberanía vs. influencia extranjera
Si bien la reactivación de Petrel y el acuerdo con Mirgor simbolizan un esfuerzo por recuperar la capacidad logística nacional, el contexto político en el que se inscriben levanta fuertes advertencias sobre la autonomía argentina en el Atlántico Sur.

Peligroso alineamiento estratégico: 

El fuerte alineamiento estratégico de la gestión libertaria con Estados Unidos plantea un riesgo a la independencia de la política antártica. Esto se evidencia especialmente en el proyecto de la Base Naval Integrada en Ushuaia, concebida como el Polo Logístico en materia marítima.

La injerencia del Comando Sur: Lo manifestó el propio Javier Milei el 4 de abril de 2024 en Ushuaia, la reorientación política de la Base Naval Integrada incluye la participación directa del Comando Sur de EEUU. (USSOUTHCOM).

 Ello queda demostrado por las frecuentes visitas de sus últimos tres comandantes (Almirante Faller, Generala Richardson, Almirante Holsey) a Ushuaia, percibida al menos como una cesión de protagonismo y autoridad real. Los objetivos declarados de "proteger rutas marítimas" no ocultan la intención de monitorear el proyecto y asegurarse un pie en el Polo Sur.El vínculo con el principal socio británico: La colaboración con Estados Unidos resulta particularmente sensible debido a que es el principal aliado militar y socio comercial de Gran Bretaña, potencia que mantiene usurpadas las Islas Malvinas. Prueba concreta de ello, fue el decisivo apoyo logístico, tecnológico y armamentístico estadounidense para Gran Bretaña en la Guerra de 1982.La Encrucijada Nacional: 

El contraste es evidente; el avance propio y la inversión en Petrel (símbolo del resurgimiento soberano) contrasta con la pérdida de autonomía en el proyecto de la Base Naval Integrada en Ushuaia. Esta situación pone a la Argentina en una encrucijada crítica: la consolidación de un proyecto antártico centenario y autónomo o su subordinación a las apetencias geopolíticas de Estados Unidos, que incluso ha manifestado interés en establecer una base de operaciones avanzadas para sus submarinos nucleares.

La habilitación de los vuelos de aviones de Mirgor a la Base Petrel no solo es un hito logístico, sino que tiene profundas implicaciones para el desarrollo de Tierra del Fuego como provincia, en terminos políticos, de gobernanza y en  desarrollo económico. Más allá de Mirgor, esta acción sienta un precedente crucial para futuras operaciones privadas, abriendo la puerta a otras empresas aéreas interesadas en operar desde la Isla Grande de Tierra del Fuego, hacia la Antártida.

Todo un futuro pleno de interrogantes, que en esta oportunidad tiene como protagonista a una empresa de Nicky Caputo; familiar del actual ministro de economía Luis “toto” Caputo; a través de un proyecto que dio inicio al final de la gestión de Jorge Taiana, como ministro de Defensa de Alberto Fernández.


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