Alfredo Jalife
22 Apr
22Apr

Aunque la propaganda israelí afirma en los medios de prensa occidentales que el Estado hebreo salió indemne de la respuesta militar de Irán al bombardeo israelí contra la embajada iraní en Damasco, la verdad sale a la luz. Irán no trató de atacar a los civiles israelíes sino sólo quiso poner a prueba las defensas de Israel. Irán utilizó por primera vez sus misiles hipersónicos… y las fuerzas armadas israelíes no pudieron interceptarlos. Tampoco pudieron hacerlo los aliados de Israel.

a temida represalia de Irán fue muy “telegrafiada”, [con un aviso previo emitido por Teherán] 72 horas antes, y hasta «calibrada», según el Financial Times, para evitar que se disparase el precio del petróleo.Larry Johnson, ex agente de la CIA, comentó que «pese a la insistencia occidental de que Irán fracasó» –la cantaleta de los palafreneros de la “guerra de propaganda” de Occidente, 

cuyos multimedia son en su gran mayoría controlados por el “lobby de Israel”–, «Irán operó lo que planeaba hacer en Israel y demostró una notable capacidad sofisticada, con ojivas maniobrables» [1].

El rotativo más popular de Israel, Yediot Aharonot, criticó el «fracaso estratégico» de Israel, mientras The Washington Times alega la «fracasada deterrence» de la administración Biden en «impedir el conflicto» entre Irán e Israel [2]

.Hayman Tamir, director del think tank israelí Institute for National Security Studies, expresó que Irán fue capaz de dañar a Israel sin que Estados Unidos se implicara en un contrataque –lo que, por cierto, era el anhelo del premier Netanyahu [3].

Ilya Tsukanov, de Sputnik –de Rusia, una de las dos superpotencias poseedoras de misiles hipersónicos, junto con China– informa que los «multimedia iraníes confirman el uso de los indetectables misiles hipersónicos».PressTV, de Irán, pregonó con lujo de videos que «todos los misiles hipersónicos usados tuvieron éxito en golpear sus objetivos», las muy importantes bases aéreas israelíes de Nevatim, donde están instalados los F-35, y de Ramon [4], muy cerca de la clandestina planta nuclear de Dimona.

PressTV proclama que «Irán se encuentra entre los contados países que poseen la tecnología de producir misiles hipersónicos, que pueden viajar a velocidades asombrosas y golpear sus objetivos con gran precisión» [5].

Otras fuentes iraníes exponen que sus misiles hipersónicos (Fattah-2) golpearon una base militar secreta del Mosad en las Alturas del Golán, que pertenecen a Siria y han sido anexadas por Israel –se maneja que pudieron cobrar las vidas de 44 espías israelíes– y alcanzar hasta un edificio del Mosad en Tel Aviv.

Más allá de la guerra de propaganda que domina el “lobby israelí” en Occidente, que exulta la hazaña de Israel –ayudado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y hasta por Jordania– en haber derribado 99% de los drones, misiles crucero y misiles balísticos lanzados desde Irán, el ex marine y ex funcionario del espionaje estadounidense Scott Ritter –quien se hizo célebre al desmentir las mendacidades de Baby Bush sobre las «armas de destrucción masiva», que nunca existieron, de Saddam Hussein– asevera que «Irán restituyó la “deterrence”» (término inglés que viene del latín deterrere: disuasión por el terror) «para mantener a Israel y a Estados Unidos en jaque» cuando «Israel creía que podría lanzar un golpe contra Irán sin sufrir consecuencias. Eso ya se acabó», pese a que «Irán en forma deliberada no infligió una acción extremadamente letal contra Israel» ( [6]. ¡Más que un ataque, fue un mensaje disuasivo!

El connotado analista militar ruso Andrey Martyanov [7] explayó que Israel resultó un «tigre de papel» frente al «inmenso triunfo estratégico de Irán», que se coloca como el principal líder del mundo musulmán, de 1 800 millones de feligreses. Yo aquí matizaría, ya que Irán no posee bombas nucleares, lo cual le inventa continuamente Israel, que sí detenta más de 300 bombas nucleares clandestinas en Dimona (según el ex presidente estadounidense James Carter).

El 14 de abril, el Medio Oriente amaneció con una “nueva ecuación geopolítica” en la que irrumpió Irán con su panoplia de 9 misiles hipersónicos lanzados que mantuvo en secreto, y cuando todavía no usa su arsenal tecnológicamente más avanzado.

Irán mantiene en pausa su verdadera arma económica: el cierre del Estrecho de Ormuz, que provocaría una crisis global con el alza imparable del petróleo.

Mientras Israel rumia su “ojo por ojo y diente por diente”, el coronel [estadounidense] Douglas McGregor teme la probabilidad de que el premier Netanyahu lance sus bombas nucleares contra Irán [8].


Alfredo Jalife-Rahme  


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