22 Dec
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Desde la Casa Amarilla, Yván Gil leyó una carta de Nicolás Maduro a 194 países en la cual denunció las agresiones de EE. UU. y 104 muertes en el Caribe.

“Defender a Venezuela es defender la paz”, afirmó este lunes el canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Yván Gil, al dar lectura desde la Casa Amarilla “Antonio José de Sucre” a una misiva del presidente Nicolás Maduro dirigida a los jefes de Estado y de Gobierno del mundo y a los 194 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas.

En el documento, Venezuela denunció la escalada de hostilidades atribuida al gobierno de Estados Unidos, la cual incluye agresiones militares, actos de piratería estatal y violaciones sistemáticas del derecho internacional en el mar Caribe y el océano Pacífico.

Despliegue militar y amenaza regional

De acuerdo con la misiva, desde el 14 de agosto Washington ordenó el mayor despliegue naval y aéreo en el Caribe de las últimas décadas, con un submarino nuclear frente a las costas venezolanas, como parte de la denominada “Operación Lanza del Sur”.
El gobierno venezolano sostuvo que esta movilización carece de justificación y constituye una amenaza directa del uso de la fuerza, en violación de la declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y del Tratado de Tlatelolco.

Ataques a civiles y saldo de víctimas

Entre el 2 de septiembre y el 18 de diciembre de 2025, fuerzas estadounidenses perpetraron 28 ataques armados contra embarcaciones civiles.
Según los datos oficiales, estos hechos dejaron un saldo de 104 personas ejecutadas extrajudicialmente, muchas de ellas en situación de indefensión tras naufragar.

Venezuela calificó estas acciones como una transgresión flagrante de los Convenios de Ginebra y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y comsideró el uso de fuerzas estatales para atacar buques civiles como forma de piratería moderna.

Impacto energético y llamado internacional

El texto advirtió del bloqueo y la piratería contra el comercio energético venezolano, los cuales afectan el suministro de petróleo y elevan la inestabilidad de los mercados internacionales, y además golpean con mayor fuerza a las economías más vulnerables.
La energía no puede convertirse en un arma de guerra ni en un instrumento de coerción política, manifestó Gil.

Maduro hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para condenar estas acciones y activar los mecanismos del sistema multilateral con el objetivo de investigar, sancionar y prevenir su repetición.
Al concluir, reafirmó la vocación de paz de Venezuela y su determinación de defender su soberanía y recursos.


AlMayadeen


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