El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a demostrar la política de agresión imperial de Washington al utilizar la Asamblea General de la ONU como plataforma para amenazar a Venezuela y a los pueblos del Caribe.
El mandatario aseguró que su país “no tiene otra opción” que recurrir a bombardeos militares para eliminar a las organizaciones que su gobierno cataloga como supuestos “terroristas”.
“Les advertimos que los eliminaremos por completo. Eso es lo que estamos haciendo. No tenemos otra opción. No podemos permitir que esto suceda allí”, declaró Trump, justificando el mayor despliegue naval estadounidense en la región en más de tres décadas, con buques de guerra, submarinos nucleares y aviones de combate operando a escasos kilómetros de Venezuela.
En un discurso marcado por el lenguaje guerrerista, el mandatario incluyó a la extinta banda criminal Tren de Aragua y a la pandilla salvadoreña Mara Salvatrucha como supuestos enemigos de “toda la humanidad”, con el fin de fabricar un pretexto que legitime la militarización del Caribe y, en particular, la presión contra el Gobierno venezolano.
Las palabras de Trump confirman la escalada intervencionista de EEUU contra Venezuela, que ya desde hace semanas desplegó un contingente militar en aguas caribeñas bajo el falso argumento de la lucha antinarcóticos. Sin embargo, expertos han recordado que el Caribe no es la principal ruta del narcotráfico hacia EEUU, que además es el mayor consumidor de drogas del mundo.
El Gobierno venezolano ha denunciado que la operación militar estadounidense viola la soberanía nacional, el derecho internacional y pone en riesgo la estabilidad de toda la región.
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