El líder norcoreano defiende inclusión de armas nucleares en la Constitución del país y dice que dialogará con EE.UU. si abandona su enfoque en la desnuclearización.
Según la agencia de noticias norcoreana KCNA, el líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-un, ha ratificado la inclusión en la Constitución de la posesión de armas nucleares, calificando estas últimas de “sagradas y absolutas, intocables e inmutables bajo ninguna circunstancia”.Durante una sesión de la Asamblea Suprema del Pueblo, el líder norcoreano ha afirmado este lunes, que “el país posee armas secretas y que su arsenal estratégico seguirá fortaleciéndose como parte de la ley suprema del Estado”.
El dirigente norcoreano ha argumentado que la transición hacia un estado nuclear fue “una decisión necesaria e inevitable” y subrayado que esta capacidad podría ser crucial para garantizar su supervivencia.
El pronunciamiento de Pyongyang se produce en un contexto de tensiones internacionales, tras la reciente conferencia de seguridad celebrada en Múnich en febrero, organizada por Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. En ese evento, los tres países se comprometieron a trabajar por la desnuclearización de Corea del Norte.
En respuesta a este compromiso, Kim declara que exigir la desnuclearización de su país sería “un acto inconstitucional”, y reitera que tal demanda no ocurrirá “de ninguna manera”, porque, según señala, “el mundo ya sabe lo que hace Estados Unidos”.
A pesar de sus declaraciones firmes sobre el tema nuclear, ha indicado que aún conserva “gratos recuerdos del actual presidente estadounidense” y asegura que “si EE.UU., abandona su absurda obsesión con la desnuclearización y reconoce la realidad, no habrá razón para que no podamos interactuar cara a cara”.
En otra parte de sus declaraciones, Kim rechaza el diálogo con Corea del Sur y critica su “ambición innata” de destruir a Pyongyang
.De igual manera, ha rechazado tajantemente cualquier posibilidad de diálogo con Corea del Sur, acusando al país vecino de tener una “ambición innata de destruir” a Pyongyang.
En una alocución reciente, calificó a Seúl como “una entidad paralizada, americanizada y deformada, un estado colonial vasallo y una nación completamente ajena”.“No nos sentaremos a dialogar con Corea del Sur ni participaremos en nada juntos", y agrega que una posible unificación de la península "no puede lograrse sin la aniquilación de una de ellas”, subraya Kim.Además, critica las acciones del recientemente formado gobierno surcoreano, al que acusó de “ampliar las demostraciones de guerra agresiva” y de superar en gasto militar “con creces al gobierno de Yoon Seok-yeol, conocido por su fanatismo antirrepublicano y confrontativo”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha dicho que contactará de nuevo a Kim para reactivar la diplomacia, pero Corea del Norte no ha respondido a esa oferta. Trump y Kim se reunieron tres veces durante el primer mandato del actual inquilino de la Casa Blanca, pero los diálogos fracasaron debido a desacuerdos sobre el fin de las sanciones estadounidenses a cambio de que Pyongyang tomara medidas para reducir sus programas nucleares y de misiles.
HispanTV