Burkina Faso, Níger y Malí apuestan por un núcleo defensivo regional mientras Bamako sufre crisis de combustible y asedio extremista.
Los ministros de Defensa de Malí, Níger y Burkina Faso acordaron en Niamey acelerar la formación de una fuerza militar conjunta para enfrentar el terrorismo y el crimen organizado.
Esta decisión llega en medio del asedio de Al Qaeda sobre Bamako desde hace más de dos meses, provocando una crisis de combustible y alimentos en la capital maliense.
Bases operativas y urgencia regional
El ministro de Defensa de Malí, Sadio Camara, se reunió con sus homólogos Célestin Simporé y Salifou Mody, en presencia del presidente interino de Níger, Abdourahmane Tiéné.
Dicha reunión se centró en discutir mecanismos de mando conjunto, intercambio de inteligencia y coordinación operativa entre los tres ejércitos para confromar el contingente de cinco mil soldados.
Los líderes militares ya habían intercambiado el pasado 19 de octubre, encuentro en el que definieron las bases operativas de la futura fuerza conjunta.
En esa ocasión, subrayaron que el objetivo era conformar un núcleo defensivo capaz de enfrentar las amenazas transfronterizas sin depender de fuerzas extranjeras.
Apenas dos semanas después, la decisión de los ministros de Defensa refleja la urgencia de los países del Sahel por evitar que se repita el escenario de Bamako.
La capital maliense atraviesa una parálisis económica y una crisis de combustible debido al bloqueo impuesto por el grupo Jama'at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM).
Expertos advierten que la caída de Bamako tendría consecuencias catastróficas para toda la región y podría desencadenar un efecto dominó en Burkina Faso y Níger.
AlMayadeen