Los ataques, que tuvieron como objetivo instalaciones nucleares iraníes clave de Fordow, Natanz e Isfahán, han provocado indignación entre grupos de la sociedad civil, activistas por la paz y organizaciones contra la guerra, aumentando la alarma sobre el riesgo de un conflicto regional más amplio.
Movilización internacional: un llamado a la paz y la moderación
En Europa, se produjeron algunas de las manifestaciones más multitudinarias. En La Haya, Países Bajos, se estima que unos 5.000 manifestantes, inicialmente reunidos para una protesta contra la OTAN, cambiaron su enfoque para condenar los ataques estadounidenses contra Irán.
La gente asiste a una manifestación antes de la cumbre de la OTAN en La Haya, Países Bajos, el 22 de junio de 2025.
Los manifestantes criticaron la continua militarización de la diplomacia internacional y pidieron la disolución de la OTAN, advirtiendo de las catastróficas consecuencias de una escalada en Asia occidental.
En Dublín, Irlanda, decenas de manifestantes —entre ellos expatriados iraníes, grupos pacifistas irlandeses y activistas estudiantiles— se congregaron en la plaza O'Connell.
Los cánticos de "¡Manos fuera de Irán!" y "¡Palestina libre!" resonaron por las calles, poniendo de manifiesto la desaprobación generalizada de la agresión israelí y la supuesta complicidad occidental.
En Estados Unidos, más de una docena de ciudades fueron testigos de protestas coordinadas. En San Francisco, cientos de personas se congregaron en la Plaza Embarcadero para denunciar lo que llamaron una "agresión ilegal" por parte del gobierno estadounidense y acusar a Washington de cometer crímenes de guerra. Los manifestantes sostenían carteles que decían “No más sangre por petróleo” y “Dejen de bombardear Irán”, mientras que oradores de organizaciones pacifistas exigían el cese inmediato de la participación militar estadounidense en la región.
Escenas similares se produjeron en Salt Lake City, donde casi 200 manifestantes se congregaron frente al Capitolio del Estado de Utah. Organizados por grupos estudiantiles izquierdistas locales, los manifestantes advirtieron contra el camino hacia una guerra más amplia e instaron a los legisladores a rechazar una mayor escalada militar.
La ciudad de Nueva York vio a cientos de personas marchar por Manhattan, ondeando banderas palestinas y coreando consignas contra la guerra. "Alto a la guerra contra Irán", rezaban las pancartas de los manifestantes, muchos de los cuales vinculaban los ataques con la actual campaña militar israelí en Gaza. Frente a la Casa Blanca en Washington D. C., los manifestantes se congregaron para condenar el papel de la administración Trump en lo que describieron como un acto de guerra imprudente e ilegal.
Asia: Solidaridad e indignación
En Asia Occidental y otras partes del vasto continente, los manifestantes expresaron su solidaridad con Irán y su firme oposición tanto a los ataques israelíes como a la intervención estadounidense. En Karachi, Pakistán, los manifestantes portaron retratos del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyyed Ali Jamenei, mientras posaban sobre carteles del presidente estadounidense Donald Trump en un acto simbólico de desafío. Manifestaciones similares en Beirut y otras capitales árabes ondearon banderas de Irán, Palestina y Hezbolá, junto con llamamientos a la resistencia armada y a la unidad regional contra lo que se describió ampliamente como imperialismo occidental
.También se registraron manifestaciones más pequeñas en Tokio, Atenas, Manila y Yakarta, lo que refleja el alcance global del sentimiento contra la guerra.
Coordinación de ONG: Incidencia más allá de las calles
Paralelamente a las protestas callejeras, una amplia red de ONG antiisraelíes y pacifistas lanzó una serie de campañas de incidencia para exigir el fin de las hostilidades. Organizaciones como CODEPINK, la Campaña de Solidaridad con Palestina (PSC) y el Proyecto de Justicia Adalah coordinaron campañas en redes sociales, peticiones y actividades de divulgación en el Congreso.
Además, los activistas de CODEPINK en Nueva York enfatizaron el uso de armas fabricadas en Estados Unidos en los atentados y los vincularon con la represión interna, pidiendo a los estadounidenses que exijan cuentas a su gobierno.
En Londres, el PSC se manifestó frente al Parlamento exigiendo que el Reino Unido ponga fin a la venta de armas a Israel. Mientras tanto, el Proyecto de Justicia Adalah instó a sus electores a presionar a los legisladores estadounidenses para que rechacen más ayuda militar y exportaciones de armas tanto a Israel como a Arabia Saudita.
Escalada y consecuencias regionales
Los recientes ataques aéreos estadounidenses marcaron una de las escaladas más significativas de las tensiones entre Estados Unidos e Irán desde principios de la década de 2020.
Si bien funcionarios estadounidenses afirmaron que los ataques causaron "daños monumentales" a la infraestructura nuclear iraní, analistas independientes señalaron que la construcción subterránea de las instalaciones probablemente mitigó el impacto real.
Sin embargo, las autoridades iraníes condenaron los ataques como flagrantes violaciones del derecho internacional y prometieron represalias. Como parte de su respuesta, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) lanzó una oleada de ataques con misiles contra sitios israelíes clave, incluido el aeropuerto Ben Gurión.
Además, estados regionales como Arabia Saudita, Qatar, Omán y los Emiratos Árabes Unidos emitieron declaraciones instando a la moderación, mientras que Rusia condenó los ataques estadounidenses y reafirmó su apoyo a Irán durante una reunión diplomática de emergencia en Moscú.
La reacción global a los ataques ha puesto de relieve el profundo malestar público ante el renovado militarismo en Asia Occidental. Con voces de todos los continentes exigiendo diplomacia en lugar de guerra, el mensaje es claro: el mundo exige una desescalada. Mientras los gobiernos evalúan sus próximos pasos, la oleada de protestas sirve como un poderoso recordatorio de los costos del conflicto y la urgencia de la paz.
TEHERAN TIMES