23 Apr
23Apr
Los servicios de inteligencia de Burkina Faso desarticularon un complot que pretendía «desestabilizar» el país mediante un asalto al palacio presidencial previsto para el pasado 16 de abril, y ataques terroristas coordinados «de gran envergadura», según informó el ministro de Seguridad burkinés, Mahamoudou Sana.


En un comunicado televisado a última hora del lunes, Sana aseguró que la operación fue descubierta hace unas semanas, cuando los servicios de inteligencia interceptaron comunicaciones entre el oficial Abdramane Barry -adscrito al batallón de justicia militar y bajo investigación por deserción- y varios líderes terroristas.


Según el ministro, las conversaciones revelaban información sensible sobre posiciones militares, operaciones en curso y despliegues de los voluntarios para la defensa de la patria (VDP, civiles que combaten a los grupos terroristas en colaboración con el Ejército).
El seguimiento de sus comunicaciones permitió a los agentes establecer vínculos con otros militares y exmilitares.
Sana reveló asimismo que el grupo conspirador planeaba “provocar una situación de caos” en el país que justificara la intervención de una organización internacional “para asumir el control de Burkina Faso durante los próximos 10 o 20 años”.

Además, dijo que, como parte de la estrategia, también se buscó “desmoralizar” a las tropas y sembrar desconfianza interna mediante mensajes intimidatorios a oficiales, supuestas listas negras y el reclutamiento de líderes religiosos y tradicionales para influir sobre mandos del Ejército. También se ofreció dinero a voluntarios para incitar a la desobediencia y debilitar la moral de las fuerzas de defensa burkinesas.“


El intento de golpe debía coincidir con múltiples ataques terroristas de gran envergadura, diseñados para neutralizar o destruir capacidades aéreas y desestabilizar al país desde varios frentes”, denunció Sana.

No obstante, según indicó el Ministerio de Seguridad, días antes de la fecha prevista, varios soldados y miembros de los VDP denunciaron el plan ante las autoridades, lo que permitió frustrar la operación y detener a algunos de sus líderes en Uagadugú, la capital del país.
Otros implicados se encuentran prófugos y, según las autoridades, han sido localizados en Costa de Marfil, desde donde continúan operando.
Sana aseguró que las investigaciones siguen activas y que los servicios de inteligencia continúan vigilando a otras personas involucradas.
«Invitamos a la población a mantener la calma, estar vigilante y reportar cualquier actividad sospechosa», concluyó.
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