01 Nov
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Venezuela fue sede del Encuentro Parlamentario del Gran Caribe en Defensa de la Paz, donde delegaciones regionales reafirmaron su compromiso con la soberanía, la unidad latinoamericana y el rechazo a las amenazas militares de Estados Unidos.

Caracas fue sede este viernes 31 de octubre de una jornada marcada por la unidad y la defensa de la soberanía, en el Encuentro Parlamentario del Gran Caribe en Defensa de la Paz, en el que representantes de 14 países debatieron sobre la necesidad de blindar la región ante las amenazas militares y mediáticas de Estados Unidos contra Venezuela.

El presidente Nicolás Maduro lideró el acto de clausura con un mensaje cargado de firmeza y esperanza. Aseguró que el pueblo venezolano “seguirá viviendo en paz, victorioso, construyendo su modelo democrático, con plenas libertades y resolviendo sus asuntos con soberanía”.
El Caribe se une en Caracas por la paz y contra las amenazas de EEUUEl Caribe se une en Caracas por la paz y contra las amenazas de EEUUDestacó también el apoyo solidario que recibe Venezuela desde toda América Latina y el Caribe, y advirtió sobre los intentos externos de imponer una “agenda de amenazas y guerras”.
El mandatario propuso transformar este encuentro en un gran movimiento regional, por lo que llamó a realizar “un gran encuentro de movimientos sociales, de fuerzas políticas y parlamentarias” antes de que finalice el año, para consolidar un frente que diga “paz y respeto a los pueblos de América Latina, paz y respeto para Venezuela y el Caribe”.

Una declaración por la integración regional

El presidente de la Asamblea Nacional (parlamento) de Venezuela, Jorge Rodríguez, presentó la Declaración Parlamentaria del Gran Caribe por la Paz —documento central del evento—. 

El texto reafirma la región como zona de paz, condena la presencia de fuerzas militares extranjeras en el Caribe y plantea el fortalecimiento de los vínculos parlamentarios como herramienta de defensa soberana.
Rodríguez explicó que la declaración es fruto de una jornada de deliberaciones entre delegados de los 14 países participantes en el Encuentro Parlamentario del Gran Caribe en Defensa de la Paz. Resaltó la urgencia de crear canales de comunicación más rápidos y efectivos entre los parlamentos del continente, para “profundizar la solidaridad y la hermandad entre pueblos, gobiernos y procesos revolucionarios”.

El dirigente también recordó las enseñanzas de Fidel Castro y Hugo Chávez, quienes mostraron que “la solidaridad era el paso inicial de la hermandad entre pueblos”. Subrayó que el Caribe debe mantenerse como una zona libre de intervención militar y que esta iniciativa “sea el inicio de un proceso de encuentros continuos” por la paz.

El Caribe reafirma su voz frente a las amenazas

Durante el encuentro, el canciller Yván Gil agradeció al Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Volker Türk, por condenar las recientes embestidas militares de Estados Unidos en el Caribe, que han dejado más de 60 víctimas. Reiteró que Venezuela seguirá instando al sistema de Naciones Unidas a “defender la tranquilidad y la soberanía de todas las naciones”.
El encuentro reafirmó la vigencia del decreto de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de 2014, que declaró la región como Zona de Paz, y llamó a todos los Estados miembros a actuar unidos frente a cualquier intento de agresión. Maduro lo expresó sin rodeos: “América Latina y el Caribe queremos paz”.

En el Salón Simón Bolívar estuvieron presentes más de 38 delegaciones internacionales, entre ellas Cuba, Nicaragua, México, Brasil, Uruguay y Antigua y Barbuda. Todas coincidieron en un punto: la integración es la vía más sólida para resistir los intentos de desestabilización y asegurar la soberanía regional.

Hacia un frente común latinoamericanoEn la clausura, Maduro insistió en que el camino de la región debe ser el de la unión. Llamó a “multiplicar la convocatoria y la solidaridad” entre los pueblos para hacer frente a las amenazas externas. Su mensaje final sintetizó el espíritu del evento: “Que la unión de nuestras fuerzas le diga a los guerreristas: no a la guerra, no a la amenaza militar, no a la violencia”.
Desde Caracas, la voz del Gran Caribe se proyectó como un llamado colectivo en defensa de la paz, la autodeterminación y la dignidad de los pueblos. Este encuentro, más que una cumbre diplomática, se consolidó como un paso firme hacia la construcción de un bloque regional comprometido con la integración y la soberanía.


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