21 Nov
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La amenaza de Estados Unidos contra Venezuela escaló este jueves, cuando el secretario de Guerra, Pete Hegseth, aseguró que la designación del llamado Cartel de los Soles como organización terrorista extranjera habilita “nuevas opciones” militares para actuar contra el país sudamericano.

Sus declaraciones tienen lugar mientras Washington despliega en el  Caribe una fuerza naval sin precedentes, alimentando temores regionales sobre una operación de agresión contra Venezuela.
En una entrevista transmitida por One America News, Hegseth afirmó que la decisión impulsada el pasado domingo por el secretario de Estado, Marco Rubio, permite activar un conjunto de "medidas inéditas" contra Venezuela.

Sostuvo que “la designación trae un montón de nuevas opciones” y acusó al presidente Nicolás Maduro de liderar un supuesto cartel criminal, sin aportar pruebas verificables.
Washington declaró que la medida convierte en delito cualquier apoyo material dentro de Estados Unidos y mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por información que contribuya a capturar al mandatario venezolano.

Funcionarios estadounidenses han acusado al Cartel de los Soles de trabajar con la banda venezolana Tren de Aragua —designada anteriormente por Washington como una organización criminal transnacional— para enviar narcóticos ilegales a Estados Unidos.

Trump deja abierta la posibilidad de atacar activos venezolanos

La nueva designación entrará en vigor este lunes, de acuerdo con Donald Trump. Consultado sobre el alcance de la designación, el republicano afirmó que la medida “permite hacerlo”, en referencia a posibles ataques contra activos venezolanos, aunque añadió que “no han dicho que lo harán”.

La declaración mantiene la ambigüedad habitual de Washington, que oscila entre amenazas militares y gestos contradictorios, como hablar sobre retomar conversaciones con Caracas después de haber roto todos los canales diplomáticos.

Alarma regional por amplio despliegue militar en el Caribe

La escalada coincide con uno de los mayores despliegues militares estadounidenses en décadas. El departamento de Guerra movilizó el portaviones más grande de su Armada, al menos ocho buques de guerra adicionales, aviones F-35, así como unidades de ataque rápido del Comando Sur.

Además, han perpetrado 21 ataques contra presuntas embarcaciones vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, que dejaron 83 personas muertas.
Gobiernos globales, personalidades internacionales y organizaciones de derechos humanos han calificado esos crímenes como ejecuciones extrajudiciales que se desarrollan sin transparencia ni mecanismos judiciales.

Señalaron que los bombardeos contra embarcaciones carecen de supervisión independiente y contravienen obligaciones humanitarias, lo que convierte los incidentes en ejecuciones extrajudiciales.
El despliegue estadounidense ha generado una ola de rechazo en la región. Antigua y Barbuda, por ejemplo, advirtió a Donald Trump que cualquier acción militar en la zona pondrá en riesgo la paz regional y golpearía de inmediato a las economías dependientes del turismo.

En una carta oficial enviada recientemente, el primer ministro Gaston Browne pidió detener la escalada, alertó sobre daños irreversibles a la estabilidad de la cuenca y recordó que América Latina y el Caribe fueron declaradas en 2014 como Zona de Paz.

Otros gobiernos insulares han rechazado operaciones unilaterales y denuncian que Washington actúa sin coordinación regional ni respeto por el derecho internacional.


AlMayadeen

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